El cliente que no quiso dar la mano


Era un alevín de vendedor cuando armado con la confianza y arrojo que da la ignorancia se presentó ante el cliente más difícil de la delegación. Se trataba de un clásico establecimiento de hostelería regentado por un señor que rondaba los 60 años. Jamás había realizado ningún pedido y ninguno de los comerciales de la empresa habían conseguido venderle ni un colín.
Tendió su mano a la par que se presentaba con decisión. El propietario le miró a los ojos y ni se inmutó.  
La confianza del vendedor iba desmoronándose ante tal actitud, manifiestamente de rechazo. A pesar de decir que le estaba tendiendo la mano como señal de saludo, respeto y educación… el comprador se negó a aceptarla bajo el pretexto que: “era poco amistoso”.
Me gustaría contaros que al final se lograron detectar sus necesidades y fidelizarlo como cliente. Me gustaría terminar la historia con un final feliz y motivador donde al igual que en las películas de Disney, los buenos ganan y los malos pierden.  Pero el sector de ventas y de la calle, no es el mundo de la gominola donde todo acaba bien.
El cliente imposible… se mantuvo inexpugnable y el joven vendedor tuvo que abandonar el establecimiento derrotado.
Sin embargo, aprendió varias lecciones de venta que siempre tendrá que agradecer “al cliente que no le quiso dar la mano”:
1º Es lo peor que te puede pasar cuando realizas una prospección. Darte un bocado… no te lo van a dar.
2º Ante un cliente difícil… ármate de algo más que valor y decisión. Estudia porqué mantiene esa actitud hostil, sondea con detenimiento las experiencias previas de los comerciales que le visitaron, sus antecedentes… Como decía el famoso anuncio de Pirelli: “La potencia sin control, no sirve de nada”.
3º Nada ni nadie en este mundo son capaces de mermar tu autoestima. Es un valor propio y exclusivo de cada uno. Es inherente a nosotros mismos como profesionales y como personas. Dicho en plan refranero: “No ofende quien quiere… sino quien puede”.
¿Se os ocurre alguna más?

9 comentarios:

  1. Xavier López i Munuera.14 de abril de 2013, 23:50

    Generalmente, aprendo mucho más cada vez que me equivoco, que cada vez que acierto. Sin duda, la derrota es mucho más enriquecedora y duradera que la victoria, y tiene más calado. El vendedor frente a este tipo de cliente, sale siempre con un "Master" en objeciones... Ahora bien.. Estos, ponen a prueba nuestra perseverancia y tesón. Quién la sigue, la consigue... Todos tenemos nuestro botoncito de On/Off.. Incluso los desaprensivos que se niegan a siquiera tender una . mano... Mi respuesta te sonará Hoy muy cotidiana: "Venta Consultiva".

    Como siempre, Gracias or el post. Me he hecho fan del blog ;-)

    Saludos.

    Xavi.

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    1. Genial tu aportación, compañero de trincheras: "aprendo más cada vez que me equivoco que cada vez que acierto". Un placer tenerte por aquí, haciendo aportaciones de tantísimo valor. Un fuerte abrazo y nos vemos.

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  2. Que bueno, Adri... La verdad es que se aprende de la dificultad. Antes era todo un poco mas dificil porque no habia bases de datos ni históricos de los que tirar... había que echarse para adelante con suerte, valor y al toro. ¡Grande tu blog, amigo! Willy.

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    1. Gracias Willy por tus palabras. Un placer tenerte por aquí. Abrazos.

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  3. Asi es primo,hay mucha gente arrogante y desagradecida por el mundo,pero nosotros estamos por encima de eso,hay que aprender a vivir sin esperar nada de nadie,ese es el secreto de la felicidad.La gente en general suele estar limitada,y no logran ver más allá de su ombligo.Menos mal que siempre existen excepciones que confirman la regla y eso es una esperanza para la humanidad.Bonito blog,felicidades una vez más por darnos lecciones de vida.

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  4. Asi es primo,hay mucha gente arrogante y desagradecida por el mundo,pero nosotros estamos por encima de eso,hay que aprender a vivir sin esperar nada de nadie,ese es el secreto de la felicidad.La gente en general suele estar limitada,y no logran ver más allá de su ombligo.Menos mal que siempre existen excepciones que confirman la regla y eso es una esperanza para la humanidad.Bonito blog,felicidades una vez más por darnos lecciones de vida.

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    1. Gracias Belén por pasar y comentar. Realmente es así... pero lo bueno abunda. Por cada cliente de esos hay cientos que prefieren conversar, echar una cerveza y compartir valores. Un fuerte abrazo.

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