Así visten los jefes del pasado


No creáis que me ha dado por la moda en este último post. Ni tampoco penséis que he descubierto los patrones al vestir de los jefes que se quedaron en los tiempos de María Castaña...
 
El jefe obsoleto es hábil y por eso sobrevive camuflado en estos nuevos tiempos. Le fastidia esta época en la que se premia ser accesible y ellos muestran el pose, porque en el fondo añoran la jerarquización de las antiguas estructuras.
 
Su complemento habitual es el paradigma. Construir un paradigma es muy fácil y defenderlo aún mas.
No son proclives a cambiar esa visión inicial que tienen de un individuo y si tuvieran que hacerlo, le costaría demasiado tiempo y trabajo.
Los listos, los torpes, los de confianza y los de no confianza, los que tienen futuro y los que no tienen futuro, los que valen y los que no valen, los trabajadores y los flojos...  
 
Han aprendido técnicas para "aparentar modernidad" pero como dice el refranero, la cabra siempre tira al monte.
 
Consideran la formación como la herramienta idónea para mostrar evidencias (sus evidencias).
 
Se refieren al cambio como una amenaza que pende para el resto en vez de como Oportunidad. Ello es así porque ellos mismos han abrazado el cambio sin convencimiento.
 
Afortunadamente las organizaciones modernas apuestan cada vez más por liderazgos que empoderan a los colaboradores, que reconocen errores y aprenden junto a sus equipos, que son accesibles, empáticos y claros a la hora de definir estrategias y planificar su ejecución.