No desaprendas...



Se dice hoy en día con demasiada alegría "hay que desaprender lo aprendido". No estoy en condiciones de rebatir los grandes argumentos de los afamados gurús del emprendimiento, coaching y demás especialidades modernas, pero sí me encuentro con la libertad de rebatir dicha afirmación.
Indudablemente el cambio es necesario y constituye una constante imprescindible. Ahí no difiero. Es cierto (verdad, verdadera) que las fórmulas del pasado, generalmente no sirven para solucionar problemas del presente o del futuro. Pero también es real, que el "saber no ocupa lugar". Quizás sea preferible cambiar el "desaprender" o el "resetear" por "archivar". Dejar almacenados esos conocimientos en el disco duro, en un espacio que no consuma excesiva energía es de utilidad... Y entonces... aprender.

La observación de los comportamientos de los niños siempre es un ejemplo válido. Últimamente he podido comprobar como modas del pasado alcanzan su popularidad en el presente: el baile de las legendarias peonzas o trompos e incluso la confección de las pulseras, han relegado protagonismo a la moderna tecnología punta que tenía aletargados a nuestros menores. 

Estas modas llegan con su toque de modernidad. A la tradicional peonza de madera se añaden ahora los nuevos que vienen con puntas giratorias, colores llamativos e incluso con DVDs de demostración. Las pulseras trenzadas de antaño vuelven reconvertidas en forma de gomillas que permiten multitud de combinación de formas y colores.

Los conocimientos del pasado se reinventan porque no fueron olvidados y retornan con fuerzan. No pude obviar hacer el paralelismo y pensar que en los sectores comerciales hace falta que retorne con fuerza todas las experiencias positivas del pasado: el trato personalizado en el pequeño comercio, especialización... Algo así como el título del libro de Warren Bennis: "Perros viejos, con nuevos trucos".

Un vendedor debe estar a la última moda... pero quien sabe si en cualquier momento el futuro no retornará hacia una técnica antigua, pero reconvertida ... ¿O quizás ya ha llegado? Fidelización, conocimiento del cliente, imagen, agilidad... 

Y es que de los niños, siempre se aprende:

La paella de la #venta


Hacer una buena paella requiere de conocimientos, de una buena receta y los mejores ingredientes. 

SOFRITO: Todo comienza con el sofrito elaborado con un buen aceite de oliva virgen extra. Es la base de la preparación. En el vendedor todo arranca con las ganas y la ilusión. Sin estos dos ingredientes de serie, el resto de la comida podría salir mal. 
ARROZ: El arroz es el trabajo... y nunca mejor dicho: "granito a granito". Al fin y al cabo, es lo que cunde dentro de la comida. Dentro de las cualidades del vendedor, la proactividad es condimento indispensable para de un trabajo que requiere organización y autodisciplina.
CARNE, MARISCO, VERDURA: Una paella debe ir acompañada de buen género. La calidad de éstos y su punto de cocción darán un sabor inconfundible. Estos ingredientes son los equivalentes al entorno de trabajo. ¿Hay apoyo de la jefatura de venta? ¿Se fomenta un clima de trabajo en equipo? No cabe duda que aún con escasa carne o marisco, el arroz puede resultar agradable (mérito del cocinero, que sabe adaptarse a lo que hay) pero siempre será mejorable. 
CALDO: Un caldo consistente y gustoso es el que permite que el arroz hierva junto a todos los ingredientes hasta alcanzar su punto. La formación es el apartado dentro de la venta que permite que todos los ingredientes se complementen para alcanzar el resultado final. Hay veces que este caldo debe ser corregido... cuando el arroz se pone demasiado seco. Al igual que la formación debe ser personalizada en función de las necesidades concretas.

Para que la comida estrella de la gastronomía española salga perfecta, es bueno tener una receta con las medidas de los ingredientes para evitar diferencias y dar seguridad (PLAN DE NEGOCIO).
El punto de fuego varía según se use vitrocerámica, gas o leña y controlarlo es tan importante como realizar un buen seguimiento al MERCADO.
El colorante o azafrán hará que el color sea mucho más apetecible... igual que un buen profesional de ventas debe cuidar su IMAGEN.
Todo el mundo tiene su personalidad y explotarla orientada al cliente es el equivalente a las especias que cada cocinero usa. No hay dos paellas iguales... Ni dos vendedores.

POSDATA: No olvidemos el reposo previo del guiso. Ni tampoco dejemos de analizar cada variable de venta.

¡Buen provecho!