La despachadora de quesos



Recientemente visité en una pequeña población de la sierra onubense una Feria para promocionar productos de la región. 
Me detuve en un stand de quesos de cabra atraído por su peculiar olor. Degusté el producto y decidí informarme del precio. 
El puesto era atendido por una señora de unos 50 años, que lucía un blanco delantal. El queso por el que me interesé se presentaba en dos formatos mini y standard. 
La señora me informó del precio: 4 euros el pequeño y 7 euros el mediano. 
Le indiqué que me llevaría uno del pequeño. 
La dependienta se dispuso a prepararlo pero me estaba informando de mi supuesto error:
-"Caballero la verdad es que el pequeño no interesa. Son solo 150 gramos, que eso quitándole la cáscara se queda en ná" "Por solo 3 euros más, es mucho mejor el mediano, que hace 500 gramos..."
Su argumentario me convenció y opté por el mediano:
-"Lleva usted razón. La diferencia es pequeña. Deme mejor el mediano... La verdad es que es usted una buena vendedora" -le respondí, alagando su capacidad de convicción.
Sin embargo, la última frase no resultó del agrado de ella. 
-"Yo no soy vendedora" "Solo intento beneficiar al cliente..." 
Quizás la señora habría acogido de mejor agrado expresiones del tipo: "es usted una magnífica despachadora de quesos" o "que blanco es su delantal".
El término "vendedor" sigue sin ser reconocido y lleva aparejado calificativos que no representan para nada los valores de la disciplina en la que nos desenvolvemos. 

3 comentarios:

  1. Me encanta este post!!! Lo puedo utilizar como inspiración para mis historias???
    Un saludo

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  2. Por supuesto que si... vía libre y agradecido de que pueda inspirarte en uno de tus grandes relatos. Un saludo y FUERZA.

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  3. Buenísimo post Adrian!
    Llevo tiempo sin pasarme por aquí...debería hacerlo más seguido.

    Saludos,

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