Si eres pequeño, no simplifiques


Ya escribí hace tiempo las dificultades que padecí para buscar un recambio de agenda en el comercio tradicional: Se busca recambio de agenda 

Hace poco, escuchaba como un veterano gestor de comercio tradicional se quejaba de la ampliación de surtidos que están llevando a cabo las compañías comerciales. Sus argumentaciones eran claras: Ampliar la gama de productos supone una complicación en el control de stock. Además y en tiempos donde se mira el céntimo, obliga a invertir en nuevos productos. 
Este señor pedía a gritos una simplificación de productos, a la par que alababa aquellos tiempos donde no había tanta variedad.

Sin embargo, su solicitud caerá en saco roto, ya que no se puede ir contra el mercado. 

Recuerdo de pequeño, si ibas a un bar y le pedías a tu padre que te comprara un paquete de patatas fritas, la elección era bien sencilla. El establecimiento disponía de patatas fritas y como mucho, que tuviera también cortezas.
Hoy en día, el stand de snacks ofrece patatas fritas, onduladas, al queso, al jamón, al aceite de oliva, así como otros derivados con infinitas formas: conos, de fantasmas, en tiras, rizos...

Del refresco de cola tradicional se ha pasado a disponer del formato sin cafeína, sin azúcar, light ...
De dos o tres motorizaciones en un modelo de vehículo, hemos evolucionado hasta poder casi personalizar nuestro propio auto.
Y podría completar el artículo poniendo ejemplos ... 

El consumidor moderno es más exigente. La variedad es necesaria para ser competitivo y marca diferencias. Cuanto más complejo sea un mercado, más salvaguardado estará. ¿Por qué las grandes superficies no se han metido en el sector de la mercería? ¿Sería imaginable ver un supermercado reponiendo los distintos colores de lana, las mil variedades de hilo, de agujas de coser, de punto, cremalleras o botones? 

Lo simple lo hace cualquiera: Buscada la ubicación, se estandarizan los pedidos, se simplifica la unidad de venta, el consumidor se sirve al no necesitar asesoramiento ... y ya solo queda el PRECIO. Y si la pelea final es el precio, el pequeño será un David contra Goliath, pero sin onda ...   

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