Anécdota comercial (I): El cinturón maldito



Trabajar como profesional de las ventas requiere sacrificios: viajes, horas en la calle, dormir en hoteles... Son muchos los objetos que pueden quedarse olvidados en los hoteles: el cargador del móvil, el del ordenador, un neceser... hasta un cinturón. 
Si echas en falta el artículo en poco tiempo y llamas al hotel, aumentan las posibilidades de recuperarlo. En caso contrario no.

La anécdota que refiero, es a la inversa. Me explico. 
Un buen compañero de trabajo se había comprado en el zoco de Marraqueth un cinturón de piel. El cinturón, bonito de apariencias, desprendía un olor insoportable a piel no curtida. Lo mantuvo un tiempo en el patio de su casa aireándolo, para volver a utilizarlo esperanzado en que el olor nauseabundo se hubiera ido.

Semanas después lo lucía nuevamente. Pero el mal olor persistía. Harto del maldito cinturón decidió dejarlo abandonado en la habitación de un hotel. Triunfante clamaba a la salida del mismo: -"A freír espárragos el dichoso cinturón. Aquí me despedí de él y jamás me volverá a apestar una maleta".

Un mes después volvimos a alojarnos en el mismo hotel. Habíamos finalizado el checking y nos dirigíamos a las habitaciones cuando un recepcionista salió triunfante, corriendo bolsa en mano y con sonrisa en la boca:
- "Sr. Rodríguez, Sr. Rodríguez... ésto se le olvidó en su última estancia"

Aquel cinturón no estaba muerto, estaba mal enterrado. Al igual que los problemas mal resueltos: mucho tiempo apestando, para al final, acabar dando la cara.

2 comentarios:

  1. Muy cierto, mejor mirar de cara a los problemas, por cerrar el problema y por el interior y crecimiento de uno mismo.

    Adrián, tu post de hoy, me ha ido llevando, por mis recuerdos de montones de hoteles, cuando trabajaba por toda España formando redes comerciales y lo bien que me trataban y mimaban semana tras semana, durante los tres años que duró mi periplo! Gracias!

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    1. Muchas gracias. La verdad es que hay muchos hoteles que humanizan la impersonalidad de los mismos. En ocasiones se levanta uno en medio de la noche para ir al baño y no sabe ubicarse, ni donde están los servicios... Un fuerte abrazo y gracias por el comentario.

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