Un virus en los equipos comerciales





El rhynchophorus ferrugineus, más conocido como picudo rojo, ha causado estragos entre las palmeras españolas.
Desarrolla su ciclo en el interior de la palmera, siendo de difícil detección en su fase temprana y letal una vez se aprecian los primeros síntomas.

De esta manera, mientras la palmera parece a simple vista lucir sana, en su interior se está desarrollando un peligroso invasor que puede acabar con su vida.

Los equipos comerciales, también reciben en algunas ocasiones, la visita de algún peligroso picudo rojo, que disfrazado con pelaje de: negativismo, desconfianza, envidias, celos o ausencia de autocrítica, comienzan a mermar desde el propio corazón del equipo.
 
1º Mientras antes la palmera manifieste sus síntomas... más posibilidades tendrá de curarse.
O sea, una dosis de sinceridad y un ejercicio de autocrítica, ayudará a plantear el problema antes que no tenga solución. Todo lo contrario con respecto a una ocultación del mismo.
 
2º El tratamiento: ¿rápido o estudiado? La velocidad puede llevar a confusión, a tratar partes sanas o usar dosis inadecuadas.
Antes que cunda el pánico, mejor un estudio que direccione el tratamiento.

3º Seguimiento y alta fitosanitaria: Confiemos en los profesionales y no anticipemos el final del seguimiento. Solo cuando estemos seguro de la efectividad del tratamiento.

Antiguamente se decía que cuando colocabas a una persona negativa junto a una positiva, el positivo acababa contagiando. Hoy en día se sabe que en la mayoría de los casos ocurre lo contrario.
 
Es clave tratar el origen del negativismo. No podemos aceptar afirmaciones categóricas: "Yo, es que soy negativo". Mejor contra preguntar: ¿Por qué te lo consideras? Incluyendo ejemplos de situaciones concretas. Narra alguna situación en la cual lo hayas logrado superar ...
Solamente así podemos ayudar para atajar el problema.


¡Y bajo ningún concepto!

1º Negar el problema: Mi palmera está sana.

2º Buscar remedios caseros. El vecino dice que con un spray...
 
3º Talar precipitadamente. Toda palmera merece una oportunidad.
 
4º Dejar de hacer un seguimiento a la cura...


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