Una terapia ... comercial



El puesto de vendedor está sujeto a variables en las que el estado anímico constituye apartado fundamental: estrés, presión, negativas reiteradas... El profesional de la venta también es persona... y como tal, se encuentra influenciado por un entorno personal y familiar. Cuando ambos condicionantes se vuelven desfavorables ... se ha creado la ¡tormenta perfecta! Problemas del trabajo pueden agravar la vida personal. Y dificultades de ésta... pueden empeorar el apartado laboral: ¡Peligrosa espiral!

En un entorno de trabajo generalmente solitario hay que trazar un plan urgente para salir de ella:

1.- La terapia número 1 está en la calle. No creo que encerrarse en uno mismo aporte solución alguna.
2.- Evita al máximo el contacto con todas las personas tóxicas que tengas en tu entorno: clientes que te roben energía, compañeros negativos, personas que te infravaloren ...
3.- Planifica con lógica. No es el momento de abordar las fases más penosas del trabajo. Intenta planificar visitas con clientes entusiastas o fidelizados y que puedan aportarte.
4.- Comparte tu situación con personas que puedan entenderte de una manera positiva. El planteamiento es de salida del problema... "Lo he pasado mal... y ya estoy recuperándome" "Lo peor ha pasado... " A base de repetirlo ... se hará realidad el despegue, pues no hay mal que cien años dure.
5.- Elimina de tu diccionario las palabras prohibidas: "depresión" "tocar fondo" "no hay solución..." y todas aquellas que puedan martirizarte.
6.- No te compares. Es momento de mirar los avances y no echar la vista a lo que hacen los demás y a las circunstancias que le rodean. Ya habrá tiempo de correr y competir, pero como refería en anterior post: "el progreso tiene mucho que ver con la dirección y mucho menos con la velocidad".
7.- Divide y vencerás. Pon coto a todos los problemas. Si se juntan parecen invencibles, pero si los "segmentamos" quizás podamos quitarnos de un plumazo los más intrascendentes e ir atacando a los principales.
8.- ¡Prémiate a nivel laboral! Enumera los logros recientes y fija un premio: un cd de música, un nuevo maletín, una colonia, una camisa, una comida gourmet o cualquier antojo a tu alcance.
9.- ¡Prémiate a nivel personal! Haz algo con personas de tu entorno para compartir y celebrar el comienzo de la salida de la crisis.
10.- Recuerda extraer un aprendizaje de la experiencia. Ello será de utilidad en otras situaciones que la vida depare... 

4 comentarios:

  1. juan carlos gutierrez1 de diciembre de 2013, 20:40

    amigo Adrián te pareces a un amigo en común con decálogos pero pesar de todo es un análisis acertado, por cierto Rajoy Zapatero te tienen de asesor porque están siguiendo al pie de la lera con España algunos de tus puntos

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    1. Jajaja! Muy bueno. No cabe duda que el mundo de la política a veces se parece al comercial (por desgracia). Por algo tienen grandes asesores, coachs, equipos de marketing... Un fuerte abrazo.

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  2. Parece mentira pero cuando algo no anda bien en nuestra vida personal, la parte laboral se puede ver altamente afectada, o viceversa. El punto es que sin ánimos de sonar como una vendedora de frases de autoayuda, si vamos por la vida con una actitud derrotista, dudo mucho que nos vaya bien. En esos casos lo importante es como bien dices, aprender a compaginar esas situaciones y sacar el mejor partido. ¿Cuántas veces no hemos terminado siendo más productivos porque en medio de la depresión decidimos hacer algo más provechoso con nuestro tiempo por interés de no quedar sumergidos en esa ola de negatividad?
    No creo ser la única que luego de pasar por esos episodios y meditar mejor las cosas, se ha puesto manos a la obra y ha logrado grandes proyectos.

    Es una gran entrada, saludos.

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    1. Muchas gracias amiga por tu comentario. Que razón llevas que una cosa es contarlo... y otra sufrirlo. Aprendemos a base de batacazos. No se trata de regalar frases de autoayuda ni de autoproclamarse en gurús de la vida, solo de compartir experiencias... y si al menos puede ayudarle a una persona, todo mereció la pena. Gracias por visitar La venta desde las trincheras y comentar. Un abrazo.

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