El gol del cojo


En los años 90 estaba retransmitiendo partidos de fútbol en divisiones inferiores: Regional Preferente, Primera Regional …
En más de una ocasión observé “el famoso gol del cojo”. Os cuento un ejemplo real. Partido de empate a cero y minutos finales en juego. El equipo local, jaleado por su afición se lanza en busca del gol de la victoria. Han llevado el peso del partido y este parece a punto de llegar. Los visitantes por su parte, se han defendido como gatos panza arriba y en los últimos minutos le flaquean las fuerzas. Han utilizado todas las artimañas para arañar segundos al crono y por supuesto han realizado parsimoniosamente todos los cambios. En cada encontronazo, el jugador visitante permanece tendido para ganar tiempo: calambres, posibles dolores y todo el repertorio que conocemos los aficionados al balompié. En uno de estos lances el delantero del equipo visitante apenas puede levantarse. Está lesionado, pero no quedan más cambios.
Cojeando permanece en el rectángulo de juego intentando no estorbar a sus compañeros que están exclusivamente centrados en las labores defensivas.
La defensa local se lanza al ataque y dejan casi sin marca al lesionado. Se produce un despeje. Un balón largo en dirección “al cojo”. ¡Milagro! El que hace segundos cojeaba emprende una rápida carrera en busca de ese largo balón. Los defensas, atónitos ven  que ya no pueden darle alcance. Controla y avanza. Encara al portero y marca. El silencio del campo es sepulcral y solo se oyen los gritos de celebración de los jugadores visitantes. Una vez mal, se marcó el gol del cojo…
Traigo esta anécdota a mi blog de ventas para relacionarlo con los excesos de confianza. ¿Cuántas veces creemos que una operación está totalmente cerrada? ¿O pensamos que la competencia está totalmente debilitada? ¿O despreciamos un negocio que creemos ruinoso? ¿E incluso pensamos de un compañero que está sentenciado y no vale la pena apostar por él?
Nunca la confianza es buena consejera, pues como dice la famosa frase literaria: “Los muertos que vos matáis, gozan de buena salud”… y hay quienes no están muertos, sino mal enterrados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario