La promoción



Era una fría mañana de Octubre en Madrid.
Un vendedor, con 7 años de experiencia en la compañía visitaba la central para firmar su nueva posición como supervisor de ventas.
En el despacho estaba el jefe nacional. Tranquilo y afable lo hizo pasar. El nombramiento estaba decidido, pero había que oficializarlo.
- "Amigo, llevas 7 años en un acuario de peces de colores. He decidido sacarte. No me preguntes ahora porqué. Quizás sea porque nos ha gustado más tu color, porque brilles más que los demás o porque te mueves más rápido... pero ahora no viene al caso."
El vendedor intentaba asimilar la comparación.
- "Ahora te meteremos en una pecera más grande. ¡Ojo! Aquí ya no hay peces de colores. Merodean tiburones, pirañas y especies voraces. ¡Ándate con ojo! Ahhh y bienvenido a la empresa"

Ésta anécdota real simboliza a la perfección el cambio de rol que tiene que asumir el profesional de ventas y otros sectores cuando alcanza una promoción profesional. 
Se amplía la visión y el trabajo pasa a depender del equipo comercial. Toca luchar a dos frentes y amortiguar en los famosos puestos intermedios.

Un error que se cometía en el pasado era promocionar a jefe al mejor vendedor. Se demostró que era una peligrosa decisión que aseguraba un doble riesgo: 
1º Perder al mejor vendedor. 
2º Ganar una mal jefe.
Lo mismo es aplicable a muchos sectores. El mejor profesor no tiene porque ser el mejor Director del colegio. 

Hoy día y teóricamente ya superada esta visión, los departamentos de RRHH deben esforzarse en buscar los perfiles competenciales más acordes a la posición. La búsqueda merece la pena y tiene más mérito si cabe cuando el talento es encontrado dentro de la propia organización.

Ladrones de tiempo del vendedor


Para sacar el máximo rendimiento en el trabajo, un vendedor debe huir de los ladrones de tiempo. 
El tiempo es un recurso limitado, finito, insustituible y de incalculable valor.

Cada profesional de la venta tiene sus propios y particulares ladrones del tiempo, pero algunos son casi generalizados:

1º La desorganización: Obliga a buscar y rebuscar lo que debería estar localizable. Invertir algunos minutos diarios a organizar, archivar, mantener actualizada la agenda y destruir lo innecesario se rentabilizará con creces en el futuro. La puntualidad es un pilar para el vendedor actual.
2º La desplanificación: Los imprevistos son inevitables... pero muchas veces convertimos en imprevistos cuestiones que podrían haberse planificado: revisiones de vehículos, finalizaciones de plazos, presentaciones de presupuestos, preparación de reuniones... 
3º Las distracciones: Hay que fijar un tiempo para asuntos personales, pero éste debe estar limitado y establecido aprovechando los "tiempos muertos". Trabajar con continúas interrupciones hace interminable cualquier trabajo.
4º Elección del canal de comunicación adecuado: Discriminar las gestiones que pueden ser realizadas por mail, teléfono o a través de visita presencial nos permitirá optimizar la gestión del tiempo.
5º No abarcar más de lo que se puede: En ocasiones es preferible responder con un razonable NO, antes de aceptar tareas que ralentizarán otros procesos.
6º Terminar lo empezado: Los flecos y las faenas a medio concluir son peligrosos enemigos en la optimización del tiempo. Un buen vendedor es un "finisher" por naturaleza. Dejar cerrada una tarea nos libera mentalmente para emprender la siguiente y evitar futuros atascos.
7º Mantenimiento de las rutas: Las rutas de trabajo constituyen las cartas de navegación de un vendedor. Están vivas y hay que dedicarle un tiempo a su actualización para rentabilizarlas en base a criterios lógicos.
8º Compañeros cotillas: Radio - Patio también emite desde el mundo comercial y de ventas. Hay conversaciones que además de improductivas pueden provocar desánimo. Algunos viven más pendientes de los demás que de uno mismo. Hay que cortar educadamente estas comunicaciones, pues no conducen a nada positivo.
9º No desbloquear situaciones: En ocasiones se precisará ayuda externa, pero es preferible solicitarla de inmediato a esperar. Si no sabemos algo, hay que preguntarlo cuanto antes. Si no tenemos poder de decisión, habrá que solicitarlo en breve... 
10º El perfeccionismo: La búsqueda de la excelencia es necesaria. A todos nos gusta la perfección, pero ésta no debe provocar parálisis. El tiempo hay que repartirlo y por ello no podemos adornarnos en detalles innecesarios cuando quedan otros asuntos importantes.

¿Se os ocurren algunos más para completar la lista? Gracias. 

La mujer del César ...




Escribí un post antiguo que hacía referencia a los refranes incorrectos. Eran refranes nocivos y negativos para las tareas comerciales, del tipo: “Cría fama y échate a dormir”.
Sin embargo, el rico refranero tiene más aciertos que errores. Uno de ellos es muy aplicable al mundo comercial: “La mujer del César no solo ha de ser honrada, sino parecerlo”.

Recientemente me detuve a tomar un café mañanero en un conocido establecimiento a pie de la carretera Sevilla – Málaga. En la barra del establecimiento había un par de grandes pantallas. No proyectaban ninguna retransmisión televisiva, para nada. Se veían las imágenes de las más de veinte cámaras fijas que tenían instalada en el exterior para seguridad de los vehículos estacionados.

El robo de vehículos en estos tipos de establecimientos es lo peor que le puede pasar a nivel comercial. La voz se corre como la pólvora y la clientela (rapidez, café, tostada y seguridad) cambia su sitio de parada.
Sabedores de lo que sus clientes demandan, no solo ofrecen seguridad con las cámaras y la grabación de imágenes, que ya de por sí es un buen instrumento ahuyentador de cacos, sino que las muestran y alardean de ellas. Porque la mujer del César no solo ha de ser honrada…

1º Detecta los valores añadidos que tu cliente demanda (no solo de pan vive el hombre).
2º Ofrece tus ventajas competitivas y muéstralas con orgullo (la modestia es al virtud de los que no tienen nada de que presumir).
3º Cría fama y esfuérzate por mantenerla.

El eslabón débil



El trabajo en equipo tiene grandes ventajas e importantes dificultades, como he referido en anteriores post:


Existen muchos deportes donde la fortaleza de un equipo, se mide por la del miembro más débil. Esto ocurre por ejemplo, en el padel. En este deporte, una pareja será tan potente como lo sea el peor jugador del dúo. Su explicación es clara, pues si es inferior, el peso del juego recaerá sobre él. ¿Y en fútbol? Si una banda es débil en defensa… ¿por dónde concentrará el rival la mayoría de sus ofensivas?

Los equipos numerosos constituyen  espacios ideales para el acomodo de vendedores mediocres. “Una buena capa, todo lo topa” y con este dicho por bandera, encontraran mil excusas para alargar su permanencia al amparo del trabajo de los de siempre, tan acostumbrados a cargar con un sobrepeso… que llegan a considerarlo normal.

Estos eslabones débiles (ni quieren, ni pueden o no están ni se les esperan) constituyen una seria amenaza de cara a la estabilidad de los equipos. Dicen los expertos en salvamento marítimo que si carecemos de las nociones básicas de auxilio en el agua, nunca debemos acercarnos a un adulto que esté ahogándose, pues lo más seguro es que se nos agarre del cuello y ambos acabemos en el fondo. Es cruel, pero la realidad observada en los equipos comerciales me dice que el símil es válido.

Personajes de este tipo, podrían intentar involucrar a todos en su caída con frases del tipo:
-          “Nadie me había dicho nada”
-          “No lo sabía”
-          “Aquí es práctica habitual”
-          “Todos lo hacen”
-          “Nadie me ha ayudado lo suficiente”

Es por ello que quizás sea mejor mantener la frialdad cuando llega la hora final y actuar igual que los ñus en su peligrosa travesía por el río Mara. Estos animales, en vez de detenerse a observar como los cocodrilos se dan su gran festín, aceleran el paso y continúan concentrados en su gran migración.

Fidelizar & Vender +



Hay ocasiones donde por querer obtener una venta cortoplacista nos alejamos de la fidelización del cliente. En estos tiempos de crisis, el "ansia" por vender se convierte en ocasiones en un enemigo para fortalecer los vínculos comerciales. 

Un sábado estuve en una pescadería para realizar compras.  Me llamó la atención cuando comprobé a posteriori el ticket, que me habían servido más producto del solicitado. Un medio kilo había pesado 590 gramos (un 18 % de incremento en el peso y en precio). En un cuarto de kilo me habían servido 320 gramos (un 28 % más). Está claro que los sábados los pescaderos tienen que dar salida al producto, pero que menos que informar. 

En el lado opuesto, valoro algunos establecimientos de hostelería que sabedores de la generosidad de sus raciones, cuando aprecian que se han pedido suficientes entrantes para los comensales te invitan a parar: - "Creo que con esto es suficiente. Si os parece, los voy pidiendo y si nos quedamos cortos, incrementamos".

Distingo dos polos de la venta.
Las prisas y los resultados a corto plazo solo sirven para la inmediatez. La fidelización es una inversión de largo recorrido.
En estos momentos, vender es necesario, pero mantener un cliente se hace imprescindible.

El pequeño comercio, la hostelería y todos los sectores implicados en la venta deben ser coherentes con sus estrategias. Es positivo incrementar los tickets con promociones, descuentos e incluso "buenas artes". Pero vender rápido, en plan liquidación y sin informar al cliente, no es buen plan de futuro. 
Es como la célebre frase de Fernando VII a su asistente: 
- "Vísteme despacio, que llevo prisa"