Nos traslada el lector José María Prieto un caso real que ocurrió en su trabajo, el cual transcribo íntegramente:
Tras finalizar una comida de trabajo con el equipo comercial en un restaurante de menús, mi jefe dirigió su voz hacia la camarera:
- Niña, ¿cuándo te vas a acercar a que te haga una entrevista de trabajo?
- Si es que no tengo tiempo, estoy siempre trabajando aquí. -respondió la empleada
- Pídele permiso a tu jefe, mujer, que ya verás como es para bien.
- ¡Pero si yo no entiendo de telefonía!
- ¡Pero para eso te formaríamos! -insistía mi jefe mientras sonreía con mirada picaresca.
Al instante me dio un codazo y acercándose a mi oído, susurró:
- Con ese par de tetas no veas si tiene que vender. Va a vender hasta a mi madre...
- ¡Sí, ya lo creo! - Le contesté yo fingiendo que me parecía muy gracioso que se burlara de la dificultad de mi profesión y la simplificara de tan lamentable manera.
Es obvio que mi jefe no sabía nada de mí. Seguramente ni se entretuvo en leer los informes de año y medio de experiencia que le habían entregado mis anteriores jefes. Si así fuera sabría que no se puede insultar de esa manera a un empleado que hace su trabajo siempre con el objetivo de cumplir su cometido de la manera más correcta y eficaz posible.
Esa chica finalmente decidió hacer aquella entrevista de trabajo. Espero que me haya sustituido y que tenga mucho, mucho, éxito, cueste lo que cueste.
En primer lugar, muchas gracias José María por remitirnos tu historia, la cual encierra desde mi punto de vista varias conclusiones importantes.
1º El jefe del que hablas es una persona con una tremenda falta de respeto hacia la mujer y por consiguiente hacia toda la sociedad civilizada.
2º Efectivamente te doy la razón en que la simplificación que hace de las habilidades comerciales es indigna de una persona que está llamado a liderar un equipo y representar valores totalmente opuestos: respeto, igualdad, inteligencia, capacidad estratégica, motivación...
3º Se equivocó la chica por haber admitido la entrevista y el posible trabajo. Si quiere iniciarse en el mundo comercial debe estar segura de su vocación, prepararse y buscar equipos más sanos donde poder desarrollarse.
4º El perfil del jefe que me cuentas encierra un carácter problemático. Quizás realiza esa actuación pública para enmascarar posibles complejos y mostrarse ante el grupo como "macho dominante".
5º ¡Enhorabuena por haber abandonado ese ambiente de trabajo tan tóxico! Al lado de estas personas solo se puede aprender una cosa: cual es el camino que nunca hay que tomar.
José María Prieto, con conocimientos de Psicología, Comercio y Marketing trabaja en el mundo comercial en Córdoba. Ha residido en Jaén y Nancy (Francia). Está especializado en TIC y en Marketing 2.0. Tiene su propio blog, donde narra la historia que nos remite:
No es un caso desconocido. Este ejemplo alcanza cumbres altísimas de patetismo cuando se produce junto a un cliente y éste lo desprecia con la mirada. En ese momento quieres que se abra la tierra y te engulla, para no tener que oir más tarde a tu jefe decir que la venta ha fallado porque el cliente es un rácano. De todas formas cada vez quedan menos tipos de ese pelaje. La entrada de las mujeres en las ventas y los estudios han mejorado el panorama.
ResponderEliminarMuchas gracias Coventaria por la aportación. Defines certeramente con el patetismo la situación que generan estos indeseables. Coincido contigo en que cada vez quedan menos, pues se han quedado en el paleolítico y quieren cubrir sus carencias y limitaciones con actuaciones lamentables como la descrita por José María. Un cordial saludo.
ResponderEliminarDesgraciadamente vivimos en una sociedad en la que la imagen vende por si sola. En mi trabajo despidieron a una chica que trabajaba muy bien, incluso más que algunos, porque está gorda. Hay que cambiar el modelo, aunque me imagino que es complicado.
ResponderEliminarMe parece lamentable eso que cuentas de un despido por cuestiones de "peso". Creo que el único problema de peso es el del cerebro de las personas que obran de esta forma, que está hueco. Me encantan los equipos heterogéneos y diversos... son tan enriquecedores. Gracias por pasar y un saludo.
ResponderEliminarFelicitaciones Adrian, siempre son excelentes los aportes, para los que ya usamos tu blog como lectura obligada.
ResponderEliminarEn mi caso particular, cuento con un equipo de colaboradores, en un 80% femenino, todos trabajando con la misma excelencia y sin distinciones, porque ante todo, lo más importante es la vocación de servicio y por sobre todas las cosas, son buenas personas, con valores bien afirmados.
Gracias Adrian, nos seguiremos leyendo
Muchas gracias Joselo. Me consta que la mayoría de los profesionales de la venta somos personas de grandes valores... pero siempre hay unos cuantos que ensucian la reputación del gremio con mentiras, falsedades o incidentes como el comentado. Estoy muy de acuerdo con lo que dices. Es muy importante rodearse de buenas personas, pues éstas acabarán convirtiéndose en grandes profesionales. Gracias por pasar y saludos.
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